Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://caoimhedpjp085303.humor-blog.com/37184001/francia-se-queda-sin-su-estrella-tras-el-cabezazo-de-zidane